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La "Estricta Observancia"
En el siglo XVIII Alemania se convirtió en el centro de la francmasonería templaria
(que no tenía ya casi nada que ver con la ideología original propia de los templarios).
Los grados de caballero fueron incluidos en el sistema francmasón denominado
Estricta Observancia. Esto significaba que los iniciados debían jurar obediencia
absoluta a sus superiores. El jefe designado como “superior desconocido”, que
utilizaba el ridículo título de Caballero de la Pluma Roja, era fiel a los “Grados
Escoceses” y, por extensión, a los Estuardo.
Aproximadamente una década después de la iniciación de Federico el Grande, la
“Estricta Observancia” y sus ”grados escoceses” fueron retomados por la casi
totalidad de francmasones alemanes. Federico sacó un buen provecho de los conflictos
que la “francmasonería escocesa” había creado en Inglaterra. Su finalidad era la
expansión militar prusiana, que le llevó a respaldar a los jacobinos contra la dinastía
Hanover, apoyo que renovó posteriormente con ocasión de la gran invasión de
Inglaterra en 1745. Rápidamente hizo una nueva alianza con Inglaterra y,
aprovechando las dificultades en las que se encontraba, le alquiló mercenarios
alemanes. (Aparentemente también él había leído a Nicolás Maquiavelo)
Ésta fue una de las “más bellas” patrañas de la historia de Europa: un pequeño grupo
de duques alemanes se apoderó del trono inglés para colocar en él a la dinastía
Hanover. Ese grupo rápidamente hizo uso de su influencia para agotar el tesoro
público inglés, implicando a Inglaterra en guerras y alquilándole a los mercenarios
alemanes. Este endeudamiento convenía a los banqueros judíos y facilitó el control de
los Illuminati sobre el mundo.
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Los Iluminados de Baviera de Adam Weishaupt
Adam Weishaupt fue educado en un colegio de jesuitas y acabó obteniendo el título de
maestro de los canónigos. En el transcurso de los años los conceptos del catolicismo
acabaron por no satisfacerle. Eso le llevó a convertirse en alumno particular del
filósofo judío Mendelsohn, quién lo convirtió al gnosticismo.
Fue probablemente en 1770 cuando los socios capitalistas de la casa Rothschild, que
se habían reunido antes, reclutaron a Weishaupt para que fundase en Ingolstadt, la
Orden Secreta de los Iluminados de Baviera.
Los Iluminados de Baviera estaban organizados en círculos imbricados unos en los
otros (como las muñecas rusas). cuando un iniciado demostraba su capacidad para
guardar un secreto era admitido en un círculo más restringido e iniciado a secretos
aún más profundos. Sólo aquéllos que se encontraban en los círculos internos conocían
la verdadera finalidad de los Iluminados de Baviera. A los miembros de los grados
inferiores les decían que no existían grados superiores, y al mismo tiempo se les
ocultaba la identidad del gran maestre, como acontecía en la Estricta Observancia.
Los Iluminados de Baviera estaban divididos en 13 grados, simbolizados por las 13
gradas de la pirámide de los Iluminados, representada en el billete americano de un
dólar.
Copiaron de los jesuitas su sistema de espionaje para probar las debilidades los
miembros que alcanzaban el título de “patriarcas”. Esa política de la orden les permitía
colocar a los patriarcas en posiciones donde su talento era explotado al máximo.
Desacreditar se convirtió también una de las tácticas para asegurarse de que ninguno
de los patriarcas si desviase de la orden.
Weishaupt sabía como atraer a su orden las mejores y más esclarecidas mentes, que
escogía entre las altas finanzas, la industria, la educación y la literatura. Utilizaba la
corrupción por el dinero y por el sexo para controlar a las personas de posición
elevada.
Breve explicación:
Es necesario no confundir a los Iluminados de Baviera de Weishaupt con el grupo de
personas denominadas "Illuminati", de los cuales hablamos antes. Los verdaderos
Illuminati se habían infiltrado en la “Cofradía de la Serpiente”, en Mesopotamia, como
ya comenté. Nunca eran mencionados y jamás aparecían personalmente en público.
En este libro utilizo el término Illuminati porque es empleado por los iniciados para
designar a ese grupo de personas que actúan en la sombra. Adam Wieshaupt utilizó el
nombre de Iluminados para designar a su orden, y sus finalidades eran semejantes a
las de los Illuminati, que ya existían antes (quizá para que la designación de
Iluminados crease confusión entre aquéllos que buscaban saber más). Para evitar
cualquier confusión, designaré al grupo de Weishaupt por el nombre de “Iluminados de
Baviera” y a los otros por el nombre de Illuminati.
Hecho esto, sabía chantajear a las personas que lo buscaban, dándoles puestos de
dirección para asegurarse mantenerlas bajo su control. Los Iluminados de Baviera
empezaron a aconsejar a personas del gobierno, sirviéndose de los adeptos (de los
grados superiores). Esto, bien entendido, en forma oculta. Esos “especialistas” sabían
como dar consejos a los políticos en ejercicio, para que adoptasen ciertas formas de
política que correspondiese a lo que ellos tenían como objetivo. Sin embargo, lo hacían
con tanta sutileza que aquéllos que recibían los consejos creían ser ellos mismos los
propios autores de las ideas que ponían en práctica.
Como pretexto para explicar la existencia de los Iluminados de Baviera, se alegaba
que ellos eliminarían aquello que la sociedad tenía de ruin y llevarían al ser humano a su
estado natural y feliz. Ello significaba que iban a someter a la monarquía y a la Iglesia,
y les valió peligrosos adversarios. Y demuestra una vez más, que mantener el secreto
era la directriz más importante de la orden.
Conocemos cuál era la verdadera ideología de Weishaupt gracias un documento
conocido con el nombre de Nuevo Testamento de Satán, fieramente guardado por los
Iluminados de Baviera. Presento aquí ese documento intencionadamente, ya que
siempre están aquéllos que dudan de la veracidad de los Protocolos de los Sabios de
Sión. Quizá para esas personas sea más fácil que acepten mi exposición y sigan
leyendo el libro si no empleo la palabra judío. Este documento sólo llegó a ser accesible
al público en 1875, cuando un mensajero de los Iluminados de Baviera, durante su
cabalgada de Frankfurt a Paris, fue alcanzado por un rayo. El incidente permitió que
se tuviera conocimiento de una parte de las informaciones relativas a una conspiración
mundial.
He aquí el contenido del documento:
El primer secreto para dirigir a los seres humanos y ser el dueño de la opinión pública
es sembrar la discordia, la duda y crear puntos de vista opuestos durante el tiempo
necesario para que los seres humanos, perdidos en esa confusión, no se entiendan
más y se persuadan de que es preferible no tener opinión personal cuando se trata de
asuntos de Estado.
Es necesario atizar las pasiones del pueblo y crear una literatura insípida, obscena y
repugnante. El deber de la prensa es el de mostrar la incapacidad de los no iluminados
en todos los dominios de la vida religiosa y gubernamental.
El segundo secreto consiste en exacerbar las cobardías humanas, todos los malos
hábitos, las pasiones y los defectos hasta un punto en el que reine total incomprensión
entre los seres humanos.
Principalmente es preciso combatir a las personalidades fuertes, que son los mayores
peligros. Si demuestran un espíritu creativo, producen un impacto más fuerte del que
millones de personas mantenidas en la ignorancia.
Envidias, enconos, disputas y guerras, privaciones, hambre y propagación deepidemias deben agotar a los pueblos a tal punto que los seres humanos no puedan ver otra solución que la de someterse plenamente a la dominación de los Iluminados. Un estado agotado por luchas interinas o que caiga en poder de enemigos extranjeros después de una guerra civil, está condenado en cualquier caso al aniquilamiento y acabará quedando en poder de éstos. Es necesario acostumbrar a los pueblos para que tomen la apariencia del dinero como verdad, a satisfacerse con lo superficial, a desear solamente conseguir su propio placer, agotándose en una búsqueda sin fin de novedades, y, al final de todo, seguir a los Iluminados.
Éstos consiguen su finalidad recompensando bien a las masas por su obediencia y
atención. Una vez que la sociedad esté depravada, los seres humanos perderán toda
fe en Dios. Objetivando su trabajo de palabra y por escrito y dando prueba de
adaptación, dirigirán al pueblo según su voluntad.
Es necesario deshabituar a los seres humanos a pensar por sí mismos. Les daremos
una enseñanza basada en lo que es correcto, y ocuparemos sus mentes en
contiendas oratorias que no pasan de simulaciones. Los oradores entre los Iluminados
repetirán las ideas liberales de los partidos hasta el momento en el que los seres
humanos se sentirán tan cansados que se aburrirán de todos los oradores, sea cual
sea su partido.
Por otro lado, es necesario repetir incesantemente a los ciudadanos la doctrina de
Estado de los Iluminados para que permanezcan en su profunda inconsciencia. La
masa, estando ciega, insensible e incapaz de juzgar por sí misma, no tendrá derecho a
opinar en los asuntos de Estado, pero deberá ser regida con mano dura, con justicia,
pero también con implacable severidad.
Para dominar al mundo es necesario emplear vías indirectas, desmontar los pilares
sobre los que reposa toda verdadera libertad (la jurisprudencia, las elecciones, la
prensa, la libertad personal y, principalmente, la educación y formación del pueblo) y
mantener el más estricto secreto sobre toda esta acción. Minando intencionadamente
las piedras angulares del poder del Estado, los Iluminados harán de los gobiernos su
acémilas hasta, que de puro cansancio, prescindan de todo su poder.
Es preciso exacerbar en Europa las diferencias entre las personas y los pueblos, atizar
el encono racial y el desaire por la fe, a fin de que se abra un foso infranqueable, para
que ningún estado cristiano encuentre sostén. Los demás Estados deberán negarse a
unirse con él contra los Iluminados, por miedo de que esa toma de posición les
perjudique. Es necesario sembrar la discordia, las perturbaciones y las enemistades
por todas partes de la Tierra, para que los pueblos aprendan a conocer el miedo y no
sean capaces de oponer la menor resistencia. Toda institución nacional deberá
realizar una tarea importante en la vida del país para que la máquina del Estado quede
paralizada cuando una institución se retire.
Es necesario escoger a los futuros jefes de Estado entre aquéllos que sean serviles e
incondicionalmente sumisos a los Iluminados, y también entre aquéllos cuyo pasado
tenga manchas escondidas. Ellos serán los ejecutores fieles de las instrucciones
dadas por los Iluminados. Así será posible para estos últimos transformar las leyes y
modificar las constituciones. Los Iluminados tendrán en sus manos todas las fuerzas
armadas si el derecho de ordenar el estado de guerra es conferido al presidente.
Por el contrario, los dirigentes “no iniciados” deberán ser apartados de los asuntos de
Estado. Será suficiente hacerlos asumir el ceremonial y la etiqueta en uso en cada
país.
La sobornabilidad de los altos empleados del Estado deberá impulsar a los
gobernantes a aceptar préstamos externos que les endeudarán y les convertirán en
esclavos de los Iluminados; en consecuencia las deudas de Estado aumentarán
sensiblemente, suscitando crisis económicas y retirando repentinamente de circulación
todo el dinero disponible. Esto provocará el desmoronamiento de la economía
monetaria de los “no iluminados”.
El poder monetario deberá alcanzar con mucha lucha la supremacía en el comercio y
en la industria, a fin de que los industriales aumenten su poder político por medio de
sus capitales. Aparte de los Iluminados (de quién dependerán los millonarios, la policía
y los soldados) todos los otros no tendrán nada en posesión. La introducción del
sufragio universal (derecho de voto a todos los ciudadanos) deberá permitir que
solamente prevalezca la mayoría.
Acostumbrar a las personas a la idea de autodeterminarse aportará la destrucción del
sentido de familia y de los valores educativos. Una educación basada en una doctrina
falsa y enseñanzas erróneas embrutecerá a los jóvenes, pervirtiéndolos y volviéndolos
depravados. Ligándose a las logias francmasonas ya existentes y creando aquí y allá
nuevas logias, los Illuminati alcanzarán la finalidad deseada.
Nadie conoce su existencia ni sus fines, y mucho menos esos embrutecidos que son
los no iluminados, que son invitados a formar parte de las logias francmasonas
abiertas, donde lo único que se hace es echarles polvo en los ojos.
Todos estos medios llevarán a los pueblos a pedir a los Iluminados que tomen las
riendas del mundo. El nuevo gobierno mundial debe aparecer como protector y
benefactor de todos aquéllos que se sometan libremente a él (a la ONU) . Si un estado
se rebela, es necesario incitar a sus vecinos a guerrear contra él. Si ellos desean
aliarse, es necesario desencadenar una guerra mundial.
Es muy fácil reconocer que el contenido del Nuevo Testamento” de Satán es casi
idéntico al de los Protocolos de los Sabios de Sión, con la única diferencia de que la
mención a los judíos fue sustituida por la de los Iluminados. Ya hemos visto por orden
de quién fundó Adam Weishaupt la Orden de los Iluminados de Baviera, y es fácil
concluir cuál es la procedencia del "Nuevo Testamento de Satán".
Los conspiradores habían reconocido la fuerza e influencia de las logias francmasonas
ya existentes y empezaron a infiltrarse en ellas según un plan necesario para lograr su
control. (nº 11 de los protocolos).
Las logias infiltradas fueron designadas con el nombre de Logias del Gran Oriente
(Lodges of the Grand Orient). Un célebre orador francés, el Marqués de Mirabeau, se
endeudó seriamente llevando una vida de lujo y despilfarro, y fue entonces contactado
por Weishaupt por orden de los prestamistas judíos.
Moisés Mendelsohn le presentó a Mirabeau la esposa del judío Herz. Rápidamente se
vio que ella estaba más frecuentemente en compañía de Mirabeau que en la de su
esposo. Con eso Mirabeau fue chantajeado, y acumuló deudas; y acabó encontrándose
bajo el control absoluto de los Iluminados de Baviera. Poco después, fue obligado a
familiarizarse con el iluminismo. Recibió la misión de persuadir al Duque de Orleans,
que era entonces gran maestre de los francmasones en Francia, para que
transformara las “Logias Azules” en “Logias del Gran Oriente”.
En 1773 Mirabeau organizó un encuentro entre el duque de Orleans, Talleyrand y
Weishaupt, quién inició a los dos en la francmasonería del “Gran Oriente”. Cuando se
firmó la Declaración de Independencia Americana el 1 de mayo de 1776, Adam
Weishaupt llevó al cabo su bien pensado plan y presentó oficialmente la Orden de los
Iluminados de Baviera. Esta fecha es tomada erróneamente como la de la fundación
del Orden. Pero los años más importantes de la Orden fueron los seis años que
precedieron a su instauración oficial.
Entre otros miembros de la Orden estaban Johann Wolfgang von Goethe, el duque
Carlos Augusto de Weimar, el duque Fernando de Brunswick, el barón de Dahlberg
(burgomaestre general de Thurn und Taxis), el barón de Knigge y muchos otros...
En 1777, Weishaupt fue iniciado en la logia francmasona de Theodoro del Buen
Consejo (“Theodore of Good Council”) en Munich, donde luego infiltró toda su logia.
El 16 de abril de 1782, se selló en Wilhelmsbad la alianza entre francmasones e
Iluminados de Baviera. Este pacto ponía en relación más o menos tres millones de
miembros de las sociedades secretas dirigentes. Un acuerdo del Congreso en Wilhelmsbad posibilitó la admisión de los judíos en las logias, si bien estos últimos
tenían, por aquella época, pocos derechos.
Controlando a los Iluminados de Baviera, los Rothschild ejercían ahora una influencia
directa sobre otras logias secretas importantes.
Como buenos conspiradores todas las personas presentes juraron guardar secreto
absoluto. De hecho, no se filtró casi nada de ese encuentro. Preguntado el conde de
Virieu, un de los francmasones participantes del Congreso, si podía decir algo de las
decisiones tomadas, contestó: No puedo revelar nada. Solamente puedo decirte que es
mucho más serio de lo que puedas imaginar. La conspiración que se desarrolló aquí fue
tan perfectamente imaginada que no hay posibilidad de que la monarquía y la Iglesia
escapen de esto.
Otra persona presente, el conde de Saint Germain, advirtió más tarde a su amiga
Maria Antonieta del complot de muerte que debía derribar a la monarquía francesa.
Lamentablemente no tuvo en cuenta su consejo.
A pesar de todo, algunos secretos subversivos empezaron a trascender, y en
consecuencia el 11 de octubre de 1785 el Elector de Baviera ordenó la invasión de la
casa del Sr. Zwack, asistente principal de Weishaupt. Encontraron muchos
documentos que describían el plan de los Iluminados de Baviera, el Nuevo Orden
Mundial (Novus Ordo Seclorum).
El Elector de la Baviera decidió entonces publicar esos papeles con el nombre de
“Escritos originales de la orden y secta de los Iluminados”. Esos escritos fueron
divulgados rápidamente a un nivel tan amplio como fue posible, para poner sobre aviso
a los monarcas europeos. El título de maestre le fue retirado a Weishaupt, quién
desapareció junto al duque de Saxe-Gotha, otro miembro de los Iluminados de
Baviera.
Como ellos no desmintieron el rumor de que la Orden de los Iluminados estaba
aniquilada, eso les permitió continuar trabajando en secreto para resurgir, más tarde,
bajo otro nombre. En el espacio de un año, vemos a aparecer públicamente la Deutsche
Einheit (Unidad Alemana), que extendió la propaganda de los Iluminados entre los
círculos de lectores existentes. Fue ahí donde nació el grito de guerra: “Libertad,
igualdad, fraternidad”.
Los monarcas europeos no estaban en absoluto conscientes del peligro, lo que tuvo
como consecuencia el estallido de la Revolución Francesa y el surgimiento del régimen
del terror.